Desde el 6 de Junio ya es posible retirar el íntegro de la Compensación por Tiempo de Servicios, o CTS. Si estás pensando retirar estos fondos, o tal vez ya lo hiciste, recuerda que la necesidad que cubre esta cuenta no ha desaparecido. ¿Y cuál es esta necesidad? La de contar con ahorros que te permitan vivir tranquilo unos meses si de pronto pierdes tu trabajo. En finanzas personales, este concepto es conocido como el Fondo de Emergencia. Para crear uno, debes tomar dos decisiones: definir el monto que necesitarás, y cómo invertirlo.
El Cálculo
Lo primero que debes hacer es calcular tus gastos mensuales esenciales; es decir, aquello que tienes que pagar de todas maneras: vivienda, alimentación, educación, por ejemplo. Luego piensa en el número de meses que necesitas para “reengancharte” al mercado laboral. ¿Confías en hacerlo en solo uno? ¿O mejor cuatro para estar tranquilo? Una vez que lo hayas definido, el Fondo de Emergencia sale de multiplicar tus gastos esenciales x los meses de tranquilidad que necesitas. Si mis gastos esenciales son de 1,500 y quiero tener tres meses de tranquilidad, mi fondo de emergencia será de 4,500.
La Inversión
Ahora que ya tienes el monto de inversión, debes pensar en cómo invertir tu dinero. Los activos que respaldan el fondo de Emergencia deben contar con tres características:
1) Bajo riesgo: en este fondo hay que minimizar la probabilidad de pérdidas, lo que lleva a activos de renta fija de corto plazo, con bajo riesgo de crédito; nada de acciones, y mucho menos criptomonedas.
2) Liquidez: debes poder acceder de inmediato a tus fondos. Buenos candidatos son las cuentas de ahorro y los fondos mutuos de corto plazo. Si inviertes en depósitos a plazo, asegúrate que puedes "romperlos" antes del plazo pactado sin penalidades.
3) Transparencia: el producto que utilices debe ser fácil de entender y no debe tener costos ocultos. Opta siempre por la menor cantidad de letra chica.
Cómo empezar
Para armar el fondo de emergencia, lo mejor es invertir un porcentaje del sueldo mensualmente hasta llegar al monto deseado. En adelante, cada cierto tiempo monitorea tu nivel de gastos esenciales para ver si es necesario incrementar el tamaño del fondo. Lo importante es ser consciente de la necesidad de mantener el “colchón” de seguridad. Porque para tomar buenas decisiones de inversión, lo primero es mantener la tranquilidad.